Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La combinación de dos medicamentos en un tratamiento de largo plazo puede prevenir el avance del agrandamiento de la próstata, un trastorno que afecta a casi la mitad de los hombres mayores de cincuenta años, se anunció hoy. Un estudio dirigido por John McConnell, del centro médico del sudoeste de Texas, en Dallas, determinó que la combinación de ambos medicamentos es más eficaz que cada uno de ellos para prevenir la hiperplasia prostática benigna, según un artículo que esta semana publica la revista New England Journal of Medicine.

Los médicos trataron durante cuatro años y medio a 2 047 hombres en 20 centros médicos de Estados Unidos, en quienes probaron si el medicamento finasteride (nombre comercial proscar), el doxazosin (cardura) o una combinación de ambos podía detener el agrandamiento de la glándula y evitar la necesidad de intervenciones quirúrgicas. Las tres posibilidades, a su vez, se compararon con el efecto de un placebo.

Los fabricantes de los compuestos, los laboratorios Pfizer, de Nueva York, y Merck, de New Jersey, donaron medicamentos, placebos y fondos para el reclutamiento y retención de los pacientes en el programa. En el estudio, que fue mucho más prolongado que otros similares, los investigadores controlaron cada tres meses los signos vitales, síntomas urinarios, flujo urinario y efectos secundarios de los medicamentos.

Una vez por año se efectuaron controles rectales digitales, orina, y el control en el suero sanguíneo del antígeno específico de la próstata (PSA, por su sigla en inglés), que es el examen más útil del cual se dispone actualmente para el diagnóstico de los adenocarcinomas (cánceres) tempranos y curables en la próstata.

El agrandamiento de la próstata, una glándula del tamaño de una nuez, requiere la intervención quirúrgica en uno de cada cuatro hombres con síntomas moderados, dentro de los tres años de detectada la condición. Los compuestos conocidos como "bloqueadores alfa" brindan cierto alivio, pero no impiden el crecimiento de la próstata.

Otra categoría de medicamentos, llamados inhibidores alfa 5 de reductasa, pueden reducir en casi el 20% el tamaño de la próstata, pero a menudo demoran de seis a doce meses antes de tener un efecto, y pueden reducir el apetito sexual y dificultar la erección del pene.

Los investigadores en el estudio dirigido por McConnell emplearon el bloqueador alfa doxazosin, que redujo en un 39% el riesgo del agrandamiento benigno de la próstata y causó en algunos pacientes mareos, fatiga y baja presión sanguínea.

Por su parte, el inhibidor alfa 5 de reductasa empleado, finasteride, tuvo un efecto similar por sí mismo, pero los efectos sexuales secundarios se observaron en un 10% de los hombres que usaron ese compuesto.

La combinación de ambos trajo beneficios a dos de cada tres hombres, indica el artículo, que explica que "la combinación también proporcionó el alivio mayor de síntomas y el mejoramiento en el ritmo de flujo urinario".