Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

El mundo ha tenido suerte de poder controlar la epidemia de neumonía atípica, pero no está claro si volverá a tenerla en caso de que el SRAS reaparezca este invierno, ha advertido la Organización Mundial de la Salud (OMS) quien ha pedido que se "permanezca extremadamente alerta".



"El rápido control del SRAS ha sido un éxito para la salud pública, pero también una puesta en guardia01D, subraya la OMS en un informe anual sobre la salud en el mundo. "Da testimonio de la eficacia de la colaboración internacional [026] pero hay también una parte de suerte en el éxito".



Es "vital", afirma la OMS, prepararse contra un resurgimiento de la enfermedad, que tiene los mismos síntomas que la gripe y que se desarrolla más fácilmente durante el invierno.



La agencia de la ONU advierte que los países que tienen un sistema de salud precario son las mallas débiles de la red mundial de defensa contra las infecciones nuevas como el SRAS.



Incluso en los países ricos, si la epidemia hubiera durado más habría sido difícil mantener las estrictas y costosas medidas de control (aislamiento de los enfermos, cierre de fronteras, análisis en los aeropuertos, investigación intensa,...).



El SRAS, que se originó en el sur de China en noviembre de 2002, ha infectado a casi 8.000 personas en 32 países con casi 800 muertos, la mayor parte en Asia. Se declaró la epidemia en julio de 2003.



Posible reaparición



"Si el SRAS resurge durante la estación gripal", advierte el informe, "la tarea será aplastante para los sistemas de salud del mundo entero puesto que se deberá aislar a todos los que respondan a la definición de caso clínico hasta que el diagnóstico se establezca definitivamente".



La OMS señala también que sin duda habría sido imposible impedir la expansión del virus si éste hubiera atacado países pobres con sistemas de salud deficientes como por ejemplo el África subsahariana.



"Las zonas más gravemente afectadas para la epidemia de SARS tenían avanzados sistemas de salud, pero si el SARS se hubiera implantado en países menos desarrollados, quizá continuarían dándose casos y sería más difícil, si no imposible, controlar la enfermedad en todo el mundo", asegura el informe.



"Las eficaces medidas de lucha han supuesto grandes perturbaciones y han consumido tantos recursos que éstos podrían haber faltado a la larga".



La OMS extrae siete lecciones de la lucha contra la neumonía atípica. Entre ellas, la necesidad de "comunicar rápidamente y de forma transparente" los casos sospechosos, la importancia de las alertas mundiales, los análisis de los viajeros y la colaboración internacional entre los científicos.



También subraya que la comunicación sobre los riesgos de infecciones nuevas "es una tarea particularmente delicada". "Esta cuestión está actualmente en estudio" señala la organización, refiriéndose sobre todo a los riesgos del bioterrorismo.



"Toda tentativa de disminuir los casos de enfermedad infecciosa por temor a las repercusiones sociales y económicas debe ser considerada como una medida de corta duración que, a la larga, cuesta muy caro", afirma el documento.



Por otra parte, la OMS ha criticado duramente a China por haber tardado en dar la alerta y haber intentado disminuir la amplitud de la epidemia.



Este capítulo del informe concluye con una llamada de atención: "el SRAS no será la última enfermedad que se aprovecha de las condiciones del mundo moderno para hacer su aparición".