Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Modificaciones en los genes del oído, del olfato y del lenguaje impulsaron decisivamente la ventaja del hombre frente a su primo menor, el chimpancé, según una comparación del genoma casi idéntico de ambas especies realizada por científicos norteamericanos y publicada por la revista Science. Según el estudio, el hombre mejoró en el curso de la evolución especialmente su oído, mientras los genes del sentido del olfato observaron también sorpresivamente muchas modificaciones. Por el contrario, en el chimpancé, los genes responsables de la estructura del esqueleto fueron especialmente activos, informan Michele Cargill y colegas de la firma biotecnológica Celera Diagnostics, en Alameda (California), en la edición de Science fechada el viernes.

Las secuencias de ADN del hombre y del chimpancé se asemejan en 99%, pero no sólo las diferencias en los genes mismos sino más bien las diferencias en su regulación condujeron a discrepancias tan fundamentales como el lenguaje, la longitud de los brazos, la vellosidad y la capacidad de trepar, dice un comentario adjunto al informe.

El equipo investigador en torno a Cargill se concentró sobre los 7,60 genes comunes a ambas especies, determinando que 1 547 genes mutaron más frecuentemente en el hombre, contra 1 534 en los chimpancés. Las mutaciones mostraron que, en el curso de millones de años, hombres y chimpancés se vieron enfrentados a desafíos completamente distintos. Las modificaciones genéticas les ayudaron a mejorar en la misma proporción sus posibilidades de supervivencia. Así, por ejemplo, el mejoramiento del sentido del olfato habría influido la evolución humana en la alimentación y la elección de la pareja.

Como modelo de partida para la comparación, los investigadores utilizaron el genoma del ratón, que comparte igualmente más del 90% de sus genes con el hombre y el chimpancé.

Desde el último antepasado común, en el hombre y el mono se modificó uno de cada diez genes con una función para la transmisión de señales en las células.

De 78 genes responsables del metabolismo de los aminoácidos mutaron once, según los científicos. No obstante, no todas estas mutaciones significaron una "ventaja evolutiva", y algunas representaron incluso desventajas: siete de esos once genes son conocidos como genes patógenos.

El estudio de Cargill confirma asimismo la importancia del recientemente descubierto factor de transcripción Forkhead-box-p2 en el desarrollo del lenguaje. Este factor genético ha sufrido desusadamente muchas modificaciones en el genoma humano. También mutaron en el hombre con la misma frecuencia los genes de comprensión del lenguaje hablado.

Los investigadores especulan acerca de si solo el desarrollo de la debida agudeza auditiva posibilitó en el hombre el desarrollo del lenguaje.

Investigadores estadounidenses acaban de publicar, el miércoles, un primer borrador del genoma del chimpancé.