Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Los pacientes con insuficiencia cardíaca deben tener especial cuidado al recibir nuevos fármacos para la diabetes mellitus como el Avandia y el Actos, aconsejaron expertos el lunes. Estos fármacos son valiosos en el tratamiento de la diabetes pero pueden empeorar la insuficiencia cardíaca, condición médica crónica que causa la muerte a la mitad de sus víctimas antes de cinco años, dijo la American Heart Association y la American Diabetes Association en un comunicado conjunto.

Estos fármacos están en una nueva clase llamada tiazolidinedionas o TZDs, y parecen funcionar bien para ayudar a los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 o de comienzo en la edad adulta a mantener los niveles de azúcar en sangre bajo control.

Pero muchos doctores han informado que algunos pacientes con insuficiencia cardíaca parecen tener una acumulación adicional de líquido cuando reciben los fármacos, lo cual podría a su vez empeorar la insuficiencia cardíaca. "Ahora hay un uso extendido de las TZDs en un amplio grupo de pacientes con diabetes tipo 2", dijo el doctor Richard Nesto, presidente del departamento de Medicina Cardiovascular de la Clínica Lahey de Burlington, Massachusetts.

"Al mismo tiempo ha habido informes de insuficiencia cardíaca congestiva asociada a su uso", añadió Nesto. Éste dijo que es difícil saber si la inflamación debida a la acumulación de líquido es un efecto colateral benigno de los fármacos o un "signo más ominoso de insuficiencia cardíaca".

Por eso, en un informe especial en el último número de Circulation y en el número de enero de Diabetes Care, los dos grupos recomendaban que las personas con insuficiencia cardíaca congestiva de moderada a severa evitasen las TZDs.

En los pacientes que no tienen síntomas de insuficiencia cardíaca congestiva pero que presentan una disminución de la capacidad de bombeo del corazón, deben vigilarse la aparición de signos de retención de líquido si reciben los fármacos, añaden las directrices. "En estos casos los fármacos deben comenzar a administrarse a dosis bajas", dijo la Heart Association en una declaración. "Puede aparecer el paciente ocasional que sí tenga una retención de líquido que pudiera producir insuficiencia cardíaca", añadió Nesto. "No creemos que se sepa lo suficiente acerca de este problema en estos momentos como para apartar a estos pacientes de esta importante clase de fármacos", dijo Nesto, quien dirigió el grupo, en una entrevista telefónica.

"Lo principal de esto es que sólo estamos urgiendo lo que todos percibimos como buena atención médica para el paciente con diabetes, es decir, que se sea conocedor de las posibles interacciones de los fármacos".

GlaxoSmithKline hace el Avandia, también conocido como maleato de rosiglitazona. Takeda, en Japón, y Eli Lilly & Co. Inc. comercializan conjuntamente el Actos, que también se conoce como pioglitazona. Estos fármacos ayudan a hacer que el organismo responda mejor a la insulina, controlando de esta forma los niveles de glucosa.

"Las TZDs simulan lo que hace el ejercicio hasta cierto grado", añadió Nesto. Pueden mejorar los niveles de colesterol y bajar la proteína C-reactiva, compuesto vinculado a la enfermedad cardíaca. "Estamos esperanzados en que vamos a descubrir que estos fármacos tienen también una multitud de (otros) efectos buenos", añadió Nesto.

Esta nueva declaración insta a los pacientes que estén recibiendo TZDs a comunicar el aumento de peso de más de tres kilogramos (6,6 libras), la inflamación repentina de los pies y la dificultad respiratoria o fatiga. "Éstas son cosas que pueden ser vigiladas no sólo por un doctor, sino también por una enfermera especializada en diabetes", dijo Nesto. "Un nutricionista puede preguntar a un paciente diabético si ha aumentado peso y si es así, dónde se ha hecho visible".

La primera TZD, el Rezulin, se retiró del mercado en marzo del 2000 después que alrededor de 100 personas que la habían recibido murieran de insuficiencia hepática aguda o tuvieran que ser sometidas a trasplantes de hígado.