Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Los descubrimientos relacionados con el cáncer avanzan cada día. Ahora, nuevos estudios señalan que las personas que han padecido cáncer de piel tienen más riesgo de sufrir otros tipos de cáncer, que incluyen los de mama, pulmón, hígado, ovarios y útero, entre otros. Sin embargo, esta importante relación entre el cáncer de piel y otros tumores es diferente entre los diversos grupos étnicos, ya que los negros tienen más probabilidades que otras razas de desarrollar un segundo tumor maligno, según revela una de las investigaciones, informa el diario EL MUNDO.



Las féminas con tumores de piel no malignos poseen el doble de riesgo de sufrir otras clases de cáncer, como demuestra un estudio realizado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Northwestern en Chicago (EEUU), que incluyó a 92.835 mujeres postmenopáusicas.



Los resultados, publicados en la revista de la American Cancer Society, reflejaron que de las más de 85.000 participantes que no padecían cáncer de piel, el 11% había sufrido otros tumores, mientras que de las 7.665 que sí tenían cáncer de piel, cerca del 25% dijo haber padecido alguna otra enfermedad cancerígena. La doctora Carol Rosenberg, una de las autoras del estudio, sospecha que este mayor riesgo, bastante alto como revelan las cifras anteriores, también podría aplicarse a los hombres. Aunque los estudios no explican las causas de esta relación.



Pero el riesgo varía de unas etnias a otras. Otra investigación, publicada en 'Medical Journal Cancer', ha comprobado que, entre las personas que han sufrido cáncer de piel, las de raza negra tienen más posibilidades de desarrollar un segundo tumor. Las mujeres con esta enfermedad doblan el riesgo de padecer otro tipo de cáncer, una cifra que se multiplica por siete en el caso de las féminas negras. Estas variaciones por grupos raciales puede reflejar "las diferencias inmunológicas que existen entre las etnias", apunta el estudio.



El cáncer que más frecuentemente está relacionado con el de piel es el de hígado, seguido, por este orden, de la enfermedad de Hodgkin, la leucemia y el cáncer de pulmón, según señalan los investigadores.



Sin embargo, éstos no son los únicos hallazgos que se han producido recientemente relacionados con este tipo de cáncer. Una carta, recogida en el 'British Medical Journal' señala que evitar el sol no disminuye los índices globales de esta enfermedad. Es más, según escribe el profesor Cedric Garland de la Universidad de California, los rayos solares son necesarios porque son la principal fuente de vitamina D, una sustancia que reduce el riesgo de padecer cáncer de colon, de mama y de próstata, entre otros.



Así por ejemplo, la misiva recomienda a los ciudadanos del Reino Unido, quienes debido al clima no sintetizan esta vitamina entre los meses de noviembre y marzo, que añadan a su dieta suplementos de vitamina D y que los días que puedan durante el invierno, siempre que el tiempo lo permita, tomen el sol durante 10 o 15 minutos, sin necesidad de crema solar. Ahora bien, esto sólo es aplicable para las jornadas invernales en las que el sol es menos dañino y en los lugares con un clima similar al de Inglaterra, ya que en verano, la recomendación básica es que es fundamental usar bronceadores con filtros de protección solar, que impiden o, al menos, dificultan la penetración de los rayos dañinos en la piel.