Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Caminar de forma regular por montañas o terrenos no planos sirve para bajar de forma significativa el nivel de colesterol y azúcar en la sangre, según un estudio efectuado por el instituto de investigación Vivit del hospital académico de Feldkirch. En la investigación que se efectuó el pasado verano, participaron 45 personas que durante dieciséis semanas llevaron a cabo un entrenamiento para documentar la influencia del trabajo muscular en los valores de grasa y azúcar en la sangre. Sus resultados, difundidos el martes, revelan que el nivel de células de grasa en la sangre, es decir, el colesterol y los triglicéridos bajan en la persona que con regularidad camina cuesta arriba, mientras que descender de forma controlada por una ladera reduce "más de lo pensado" la sangre en los músculos. La investigación demostró en especial que el "movimiento concéntrico" de andar cuesta arriba en un terreno montañoso reduce la grasa y, en cambio, el "movimiento excéntrico" de caminar cuesta abajo disminuye el nivel de glucosa en la sangre.

"Cuando hablamos de un entrenamiento controlado no nos referimos al deporte de alto rendimiento, sino a una actividad regular como por ejemplo andar, si bien con control del pulso", explicó el catedrático Heinz Drexel, director del citado instituto. Explicó que, en general, se constató una reducción del colesterol "malo" (LDL) en una media de un 10% en las personas más disciplinadas en su entrenamiento, lo que demuestra que "quienes tienen un nivel alto de colesterol pueden contribuir mucho a su salud subiendo cuestas de forma regular".

Por otra parte, los resultados extraordinarios al medir el azúcar en la sangre tras el descenso de una cuesta abren nuevas esperanzas para la prevención y el tratamiento de enfermedades relacionadas con un nivel alto de glucosa, como la diabetes mellitus.

El valor del azúcar en la sangre en ayunas se redujo en el estudio en un promedio de un 2%, lo cual "a primera vista puede no parecer mucho, pero las pruebas mostraron muy claramente que el descenso controlado provoca un metabolismo del azúcar mucho más rápido", explicó por su parte el científico Peter Langer. Así, la cantidad máxima de glucosa en la sangre "pudo reducirse en una media de un 10%", añadió.