Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Un niño muere en el mundo cada ocho segundos por haber bebido agua no potable, más de cinco millones de personas, en su mayor parte menores, fallecen anualmente a causa de enfermedades producidas por agua contaminada, y 31 países y más de mil millones de personas carecen de agua limpia. Esos son algunos de los dramáticos datos sobre el acceso a uno de los fundamentos de la vida, el agua, suministrados por el comité italiano para el Contrato Mundial del Agua, que el miércoles 10 de diciembre, aniversario de la declaración de los derechos humanos, realizará una jornada especial a favor de la declaración del agua como derecho humano. El comité explicó al respecto que la situación mundial para el acceso al agua es un ejemplo de violación de los derechos humanos. Haciendo referencia a algunas estimaciones internacionales, el comité afirma que en 2025-2035, cuando la población mundial superará los ocho mil millones de seres humanos, las personas sin acceso al agua potable serán más de 3 400 millones. Entonces, más de la mitad de la población mundial residirá en áreas con problemas hídricos, y Asia y medio oriente serán las regiones con mayor riesgo. Esos datos, según el comité, determinan que "la falta de agua es seguramente un problema de justicia". En los últimos cincuenta años la disponibilidad de agua disminuyó de tres cuartos en África y de dos tercios en Asia. En África menos del 60% de la población dispone de agua potable y de servicios higiénicos. Un norteamericano utiliza 1 700 metros cúbicos por año, mientras que el promedio en África es de 250 metros cúbicos por año. Los ciudadanos de los países industrializados consumen un promedio de 40 litros para darse una ducha, para los dos tercios de la humanidad estos 40 litros representan la disponibilidad de semanas enteras. El 50% de la población africana sufre de enfermedades vinculadas con el agua.

Según estimaciones del Banco Mundial, observa el comité italiano, sería suficiente una ayuda de 180 mil millones de dólares anuales durante diez años, para garantizar a toda la población mundial el acceso al agua potable y una formación de base para acceder a la salud y a la educación.

La Declaración del Agua como derecho humano, promovida por el comité, que debería ser aprobada dentro de dos días en el ámbito de una manifestación del municipio de Roma, tiene el objetivo de afirmar que el acceso al agua es un derecho humano que no prescribe, universal, indivisible y un "bien común mundial".