Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Los especialistas indican que todos los ratones practican el caminar sobre la ruedecita o noria típica de sus jaulas, por lo que se deduce que tienen una motivación para realizar este ejercicio.

De hecho, se ha visto que, cuando los animales son privados de este ejercicio se activan en su cerebro unas 16 de 25 áreas cerebrales. Los ratones que llevan varias generaciones practicando parecen tener una predisposición genética que les permite recorrer distancias más largas, pero en caso de verse obligados a frenar el ejercicio, su síndrome de abstinencia provoca una mayor excitación neuronal, lo que se ha comprobado gracias a mediciones del gen Fos que se expresa en respuesta a dicha estimulación.