Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Una convención internacional que prohíbe la exportación de sustancias peligrosas a un país sin su "consentimiento informado" puede ya entrar en vigor después que Armenia se convirtiera esta semana en el país número cincuenta que la ratifica.

La llamada Convención de Rotterdam, aplicable a ciertos productos químicos y pesticidas en el comercio internacional adquirirá fuerza legal a partir del 24 de febrero del 2004, es decir tres meses después de esta última ratificación. Apoyada conjuntamente por la FAO y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la convención, la mayoría de cuyos miembros son países en desarrollo, establece una primera línea de defensa contra eventuales tragedias que pueden causar los productos químicos peligrosos. Permite a los países decidir con conocimiento de causa qué productos químicos potencialmente peligrosos están dispuestos a aceptar y cuáles pueden rechazar por no tener completa seguridad de que podrán manejarlos sin peligro.

La Convención de Rotterdam comienza su andadura con 45 productos químicos sometidos al procedimiento PIC (siglas en inglés que significan consentimiento informado previo), aunque hay otros cinco pesticidas que han sido designados para su inclusión, a los que deberían seguir muchas otras sustancias.

"Gracias a la convención, disponemos actualmente de un sistema que nos permitirá evitar muchos de los trágicos errores del pasado, cuando había menor conciencia sobre los peligros de las sustancias tóxicas", afirmó el alemán Klaus Toepfer, director ejecutivo del Programa del Medio Ambiente de las Naciones Unidas. "Este nuevo régimen proporciona a los gobiernos miembros, particularmente en los países en desarrollo, los instrumentos que necesitan para proteger a sus ciudadanos, eliminar los depósitos obsoletos de pesticidas y reforzar la gestión de las sustancias químicas", dijo Toepfer.

Por su parte, el director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Jacques Diouf, señaló que "los pesticidas inapropiados o mal utilizados son peligrosos para la salud y el medio ambiente en los países en desarrollo". Diouf agregó que la aplicación de ese instrumento "ayudará a los países a reglamentar el acceso a los pesticidas conocidos por sus graves efectos sobre la salud y el medio ambiente, así como a los pesticidas muy tóxicos, que los agricultores de los países en desarrollo no son capaces de manipular con total seguridad".

Según el director general de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), "la Convención fomenta la agricultura sostenible en un medio ambiente más sano, contribuyendo así a incrementar la producción agrícola y a apoyar la lucha contra el hambre, la enfermedad y la pobreza".

La conferencia de los países parte de la Convención de Rotterdam se reunirá por primera vez en Ginebra a finales del 2004, cuando deberá decidir la conveniencia de incluir definitivamente en la lista una serie de productos sometidos provisionalmente a ese procedimiento. Asimismo, se creará un comité encargado de estudiar qué productos químicos deben incluirse en el futuro y se abordarán cuestiones diversas como la solución de disputas.

Según fuentes de la ONU, hay actualmente en el mercado cerca de 70 000 productos químicos distintos, a los que cada año vienen a sumarse otras 1 500 nuevas sustancias. Numerosos pesticidas prohibidos o estrictamente reglamentados en los países industrializados siguen siendo comercializados y utilizados en las naciones en desarrollo.