La inmunización de los niños con la vacuna cubana contra el agente bacteriano Haemophilus influenzae, causante de meningitis y neumonías en los primeros años de vida, se iniciará a principios del entrante año, para lo que ya están en producción un millón de dosis. El anuncio lo hizo ayer el Doctor en Ciencias Químicas Vicente Vérez Bencomo, uno de los descubridores de la primera vacuna contra ese agente patógeno que se obtiene con un antígeno sintético, y presenta un 99,7% de protección a largo plazo, según resultados de los ensayos clínicos realizados. Estudios de organismos internacionales plantean que uno de cada 200 niños menores de 5 años han sido afectados por la forma invasiva del H. influenzae, y mundialmente se estima una frecuencia anual de esta enfermedad (morbilidad) de 3 millones de casos, con unos 400 000 a 600 000 fallecidos. Constituye en varios países desarrollados la primera causa de retardo mental. La incidencia de esta dolencia es hasta diez veces mayor en países subdesarrollados que en los industrializados, con una alta mortalidad. La información oficial del hallazgo de la vacuna cubana tuvo lugar hace unos días, y el ingeniero Vérez, director del Centro de Estudios de Antígenos Sintéticos de la Facultad de Química de la Universidad de La Habana, dijo a Granma que en este aporte a la ciencia mundial participaron también René Roy, de la Universidad de Ottawa, Canadá; Violeta Fernández, de la Universidad de La Habana; Eugenio Hardy, del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología; y María Eugenia Toledo, del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí. Quimi-Hib es el nombre comercial de la vacuna conjugada contra la bacteria Haemophilus influenzae tipo b, con solicitud de patente en más de 40 países, que requirió 14 años de investigaciones. "Pienso que es un logro colectivo de la inteligencia acumulada en nuestro país por el sistemático quehacer de la Revolución a favor de la educación de su pueblo", subrayó Vérez, quien estudió Ingeniería Química en la desaparecida Unión Soviética en la década de los setenta y alcanzó su doctorado en la Universidad de Orleáns, Francia, en 1983. Al referirse a la consagración de los investigadores que se dedicaron a esta tarea, indicó gráficamente: "Fueron 14 años introducidos literalmente en un frasquito". Las primeras vacunas contra el H. influenzae, hechas a partir de la bacteria, se comenzaron a aplicar en los Estados Unidos a principios de los noventa y luego se inició su extensión a otros países. En Cuba la primera campaña de vacunación contra esta agresiva bacteria, causante de muertes y secuelas, se inició el 10 de enero de 1999 con la vacuna existente, adquirida a un costo de varios millones de dólares, y desde entonces se han venido inmunizando los alrededor de 150 000 niños que nacen en el país todos los años. El reservorio de la enfermedad causada por el H. influenzae es humano y se transmite a través de las gotitas y secreciones que se expelen por la nariz o la boca. Su puerta de entrada al organismo es la garganta (nasofaringe). Como para todo tipo de meningitis, las primeras manifestaciones que se producen son los vómitos, el dolor de cabeza, la fiebre y la irritación de las meninges (membranas que envuelven el cerebro y la médula espinal), con abultamiento de la mollera en los lactantes, o rigidez de la nuca y la espalda en niños de mayor edad. En las ciencias médicas se denomina haemophilus a las bacterias pequeñas que tienen forma de bastoncillo, generalmente sin movilidad, y el "apellido" influenzae lo toma por el hecho de que el médico alemán Emil Pfeiffer logró aislar este agente infeccioso durante una epidemia de gripe (influenza) a finales del siglo XIX. Estos temas fueron debatidos ayer ampliamente en Biotecnología Habana 2003, dedicado este año a las aplicaciones médicas de la Biotecnología. |