La Conferencia Regional Intergubernamental, que se realiza en la sede de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL) en Santiago, abogó por un "envejecimiento saludable" y para que la esperanza de vida se prolongue por veinticinco años más, hasta los ochenta y cinco, en toda el área. En un anticipo del Estado de Envejecimiento e Informe sobre la Salud en Latinoamérica y el Caribe, que abarca un estudio en 37 países, se afirma que la situación de la región frente a este tema "es muy heterogénea, por cuanto los países tienen diferentes momentos en que comienzan su proceso de envejecimiento". En "Argentina y Uruguay", es más rápido, dijo a ANSA la doctora Marta Peláez, consejera regional en Envejecimiento y Salud, de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). La doctora Peláez fue enfática en sostener que toda la sociedad es responsable de evitar que los adultos mayores tengan "una muerte prematura", es decir antes de los sesenta años. Para ello, explicó, es primordial no sólo las políticas de salud, sino también la formación de todo el personal médico que trabaja en salud primaria y que cuente con los elementos para diagnosticar enfermedades porque, aclaró, "no todas ellas son atribuibles a la edad". "Hay algunas enfermedades que si no se pueden prevenir, se pueden manejar", subrayó Peláez a ANSA, y señaló que el adulto puede tener una calidad de vida que le permita mantener una actividad física, emocional, social e intelectual. La doctora Patricia Barry, directora ejecutiva de Merk Instituto de Envejecimiento y Salud, señaló a su vez que aún en los países desarrollados es difícil tomar conciencia sobre las políticas especiales de salud hacia el adulto mayor. En el Reino Unido, sólo a fines de los años 40 del siglo pasado se incorporó como área de la salud la Geriatría, pero recién en los 70 adquirió importancia real. Destacó sobre el rápido e inexorable proceso de envejecimiento que está viviendo América Latina -que sólo en el siglo XXI viene a cobrar importancia- que en Europa tomó cien años pasar de una población del 7% al 14% de adultos mayores. Este mismo proceso demorará tan sólo veinticinco años en América Latina y el Caribe. En el Estudio sobre Envejecimiento de la región -que saldrá a circulación en enero próximo- se constata que uno de cada dos adultos mayores no tiene una buena nutrición, ya sea por desnutrición o por obesidad. Tres de cada cuatro adultos mayores no realizan actividades físicas, con el consecuente riesgo cardiovascular, a lo que se suman los fumadores y aquellos que padecen diabetes. Patricia Barry señaló que la vejez se debe proyectar en la sociedad como algo positivo y no como un obstáculo. "Ayudar a las personas a permanecer independientes, no sólo mejora sus vidas sino que ayuda a sus familias y a la comunidad", dijo. "Los adultos mayores -añadió- tienen mucho por contribuir: tienen sabiduría y experiencia y, al mantenerlos saludables, funcionales e independientes, pueden continuar contribuyendo a sus comunidades y a sus familias, y serán más felices, y esa es nuestra meta". |