El aumento del ADN basura en animales, plantas y hongos puede ser el simple resultado de las reducciones en el tamaño de la población de sus ancestros, según una nueva hipótesis propuesta por investigadores de Indiana University Bloomington y de University of Oregon (ambas en EE.UU.), publicada ahora en la última edición de la revista Science. La hipótesis explica una misteriosa diferencia genética entre las bacterias y los eucariotes, un grupo gigante de organismos que incluye a los animales, las plantas, los hongos, las algas y otros protistas. Las bacterias tienden a tener genomas extremadamente ligeros y sus genes apenas caben en su organismo sin mucho material genético restante. Los genomas de los eucariotes sin una complicada mezcla de genes útiles e inútiles (basura), agrupados caóticamente entre los genes e, incluso, dentro de ellos. La evolución de la complejidad genómica es inevitable, indican los investigadores. En las bacterias hay una presión contra ésta complejidad, la selección natural, que funciona con mayor eficacia cuando los tamaños de población son grandes. Los eucariotes poseen un tamaño de población mucho menor comparados con las bacterias y los científicos creen que esta es la principal razón de que aún tengamos en nuestro ADN secuencias de ADN basura. |