Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Un equipo de científicos de Valladolid ha conseguido recuperar la función cardiaca de cuatro personas que habían sufrido un infarto mediante la implantación de células madre extraídas previamente de sus médulas óseas. La intervención supone un paso muy importante en el campo de la biología aplicada a la salud. Los expertos creen que los corazones de sus pacientes se han recuperado porque las células madre anidaron en la parte dañada del corazón y, al desarrollarse, regeneraron el tejido cardiaco. Ahora, los investigadores pretenden llevar a cabo ahora un ensayo de mayor envergadura con cien infartados, con el fin de demostrar la efectividad de la técnica, informa el diario EL CORREO DIGITAL.



«Hemos visto indicios de eficacia y hemos comprobado cómo se ha regenerado el grosor de la pared del ventrículo que quedó muy debilitada con el infarto de miocardio», explicó la bióloga Ana Sánchez, del Instituto de Biología y Genética Molecular de Valladolid. El estudio ha contado con la participación conjunta de este centro, el Instituto de Ciencias del Corazón del hospital Clínico Universitario y del servicio de Hematología del hospital Río Ortega, tres instituciones con sede en la capital castellana. Sus resultados fueron dados a conocer en el transcurso de unas jornadas de la red de Terapia Celular, que agrupa a una serie de laboratorios distribuida por toda España.



El ensayo se llevó a cabo con diez infartados con una edad media de 63 años. A cada uno de ellos se le extrajeron células de la médula ósea que después fueron implantadas en la arteria coronaria que había provocado el infarto. En total, se les implantaron 62 millones de células mediante la utilización de un catéter, que es una técnica muy poco invasiva.



Seis meses después, los especialistas constataron que la mejoría experimentada por cuatro pacientes, los que tenían el corazón más debilitado, resultaba esperanzadora. Ana Sánchez cree que se produjo algo que ella ya ha comprobado en ratones de laboratorio. Las células madre implantadas en el corazón anidan y, en pocos días, comienzan a desarrollarse. Toman una forma redondeada y alargada, como la del músculo dañado.



El futuro de la investigación en este campo parece estar en la medicina regenerativa, que consiste en lograr el modo de restaurar el tejido mediante la recuperación de sus células. «Ahora hay que comprobar si la nueva técnica merece la pena», dijo el especialista Alberto San Román, del hospital Clínico.