Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

El Parlamento Europeo se ha manifestado, tras una apretada votación, a favor de conceder fondos comunitarios a la investigación con células madre derivadas de embriones humanos, incluso sin la limitación propugnada por la Comisión Europea de que los embriones sean anteriores al 27 de junio de 2002.



La posición de la Eurocámara no es vinculante para el Consejo de Ministros, que debe adoptar una decisión antes de fin de año, pero puede servir de guía para resolver las discrepancias entre Estados en esta última institución.



La cuestión es decidir si el VI Programa Marco de Investigación de la UE (2003-2007) puede financiar proyectos que empleen células madre de origen embrionario, además de los que sólo utilizan células adultas. La cuantía de la financiación dependería del número y la dotación de los proyectos que fuesen aprobados, pero la Comisión la estima entre 10 y 50 millones de euros hasta 2007.



La investigación con células madre extraídas del cuerpo humano genera expectativas de desarrollar nuevos tratamientos para enfermedades como la diabetes, el Parkinson o el Alzheimer. El uso de células de origen embrionario aumenta estas expectativas, pero suscita problemas éticos ya que implica la destrucción del embrión.



Así las cosas, los Quince acordaron en noviembre de 2002 mantener congelado el apoyo a esta actividad científica con fondos del Programa Marco hasta fin del presente año, y negociar mientras los términos en que podría ejecutarse.



Dentro de la UE, las legislaciones y las posiciones políticas difieren. Mientras Reino Unido o Suecia, autorizan y respaldan la manipulación de embriones y cuentan ya con líneas de células embrionarias almacenadas, Alemania, Italia, Austria y Portugal la rechazan tajantemente. En España, la reforma en curso de la ley de reproducción asistida, impulsada por el Gobierno, permitiría este tipo de investigación con restricciones similares a las que plantea la Comisión.



El comisario europeo de Investigación, Philippe Busquin, ha propuesto dar vía libre a la financiación, pero precisando, entre otras cuestiones, que los embriones utilizados deberán ser supernumerarios -sobrantes de procesos de fecundación 'in vitro'- y anteriores al 27 de junio de 2002, al objeto de evitar que el dinero europeo pague la creación 'ad hoc' de este tipo de organismos.



Sin restricciones



El Parlamento Europeo ha rechazado estas restricciones. Por menos de 40 votos (281 contra 248) ha respaldado una enmienda de la comisión parlamentaria de Industria que aboga por financiar además "la investigación con células madre embrionarias o fetales derivadas de abortos espontáneos o terapéuticos".



Asimismo, ha rechazado por 295 votos contra 237 el límite temporal del 27 de junio de 2002. Ha abogado en cambio por que las arcas comunitarias financien también proyectos con células embrionarias obtenidas después de esta fecha o en el futuro.



Lo apretado de la votación de estas y otras enmiendas, indica que parte de los europarlamentarios no ha seguido las directrices de sus grupos políticos, sino que se ha manifestado en función de la situación en sus respectivos Estados miembros o de sus criterios personales.



Gran parte de los parlamentarios adscritos al grupo del Partido Popular Europeo (PPE) y algunos diputados de Los Verdes habían advertido de que sus principios éticos les impedían votar a favor de este tipo de investigación. Al final, el voto de socialistas, liberales y miembros de Izquierda Unitaria Europea, e incluso algunos populares y verdes, ha decantado la balanza hacia un pronunciamiento menos restrictivo. La resolución final fue aprobada por 300 votos a favor, 219 en contra y 14 abstenciones.



En cualquier caso, la decisión definitiva deberá tomarla el Consejo de Ministros por mayoría cualificada. El Consejo podría pronunciarse el próximo 27 de noviembre, pero deberá superar las fuertes discrepancias que han creado en su seno las propuestas de Busquin.



Mientras Reino Unido o Suecia las consideran demasiado restrictivas, para Alemania, Italia, Portugal y Austria -países cuyos votos podrían bloquear cualquier decisión- son demasiado liberales. España, vinculada en principio a este último grupo, mantiene una posición neutra, ya que la reforma en curso de la ley de reproducción asistida, impulsada por el Gobierno, abre la puerta a un uso de los embriones con límites similares a los que propugna la Comisión. La posición del Parlamento no obliga al Consejo, pero podría ser evocada por los partidarios de que la UE promocione esta actividad científica.



Fondos de investigación



En términos formales, el debate europeo pone en cuestión exclusivamente si deben utilizarse fondos del VI Programa Marco de Investigación para proyectos con células madre humanas de origen embrionario. En todas las instituciones comunitarias, hay un amplio consenso en que el tratamiento legal de esta actividad debe ser definido por cada Estado miembro individualmente y nunca impuesto a nivel comunitario.



No obstante, diversas fuentes coinciden en subrayar el 'impacto político' de que la UE apoye este área científica, en un momento en que el debate social y político en el interior de cada país dista de estar resuelto. El comisario Busquin ha alertado además sobre el riesgo de que Europa pierda puestos en la carrera internacional de la innovación, si adopta un enfoque más restrictivo que el de Estados Unidos, donde la administración Bush ha canalizado 28.000 millones de dólares para impulsar los estudios con células madre.



La financiación comunitaria será radicalmente menor -aunque para compararla con la de Washington habría que tener en cuenta también las inversiones de cada Estado miembro-. De un presupuesto total de 17.500 millones de euros para el periodo 2003-2007, el VI Programa Marco asigna 2.255 millones al área de la investigación genómica y la biotecnología relacionada con la Salud.



De esta última partida podría salir el capital que pagase los proyectos con células embrionarias. La cifra final dependerá del número de proyectos aprobados y de su coste -Bruselas cuenta ya con 9 solicitudes de financiación-, aunque Busquin ha adelantado la horquilla de entre 10 y 50 millones de euros. Si la UE acuerda finalmente pagar este tipo de actividad, sólo subvencionará proyectos en países cuya legislación autorice la manipulación de células embrionarias.



Apoyo de la Sociedad Internacional de Bioética



Por su parte, el presidente de la Sociedad Internacional de Bioética, Marcelo Palacios, ha mostrado su "alegría" porque el Parlamento Europeo ha aprobado la financiación para investigar con células de embriones humanos, ya que "se abre un campo científico excepcional".



Palacios ha declarado que es "un paso importantísimo" y que España se va a poder beneficiar de estos fondos. "Es la consecuencia de que hayan retirado la moratoria que había hasta diciembre de este año" y ahora "las naciones tendrán que legislar en materia de la directiva que en este sentido reserva la Unión Europea y los investigadores de todos los países tendrán la posibilidad de avanzar en este campo", ha comentado Palacios.



No obstante, el presidente de la Sociedad Internacional de Bioética ha apuntado que todavía "queda pendiente la utilización de células madre obtenidas por transferencia de núcleo, es decir, por la mal llamada clonación terapéutica". "Insistiremos en que no se pongan trabas a la clonación de tipo terapéutico".