Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

El químico francés Charles-Frédéric Gerhardt, fallecido hace siglo y medio e inventor olvidado del medicamento conocido actualmente con el nombre de aspirina, es objeto esta semana de un homenaje en la Universidad Louis Pasteur de Estrasburgo, su ciudad natal. "Gerhardt es el inventor de la molécula de la aspirina. Fue él el primero que realizó, en 1853, la síntesis del ácido acetilsalicílico en su forma estable, al que más tarde se daría el nombre de aspirina", explica Jean-Marie Vetter, que dirige el departamento de Historia de la Facultad de Medicina de Estrasburgo.

La firma farmacéutica alemana Bayer patentó en 1899 la marca aspirina, por lo que se considera a menudo como inventor de este medicamento a su químico Félix Hoffmann, pero éste en realidad se inspiró de los resultados de Gerhardt para crear una versión menos cara y más fácil de fabricar a escala industrial. "Hoffmann utilizó lo que Gerhardt había hecho, mejoró la síntesis y encontró las propiedades terapéuticas. Y Gerhardt fue olvidado", explica Jean-Yves Pabst, profesor de la facultad de Farmacia. "Gerhardt murió ignorado, sin que su aporte fuera reconocido y sin royalties", sin duda porque no se había interesado en las virtudes terapéuticas de su descubrimiento, prosigue Vetter.

El químico conocía el ácido salicílico del sauce, ya utilizado en decocción por Hipócrates para aliviar el dolor cuatrocientos años antes de Cristo, pero no estudió las de su derivado, el ácido acetilsalicílico, del que Bayer precisó las propiedades analgésicas y y antinflamatorias.

Actualmente, se producen cada año 50 000 toneladas de aspirina en el mundo, es recetada incluso en cardiología y ciertas investigaciones señalan su eficacia en la prevención del cáncer de colon. Potencialidades insospechadas para Gerhardt en 1853. Pero la "vida agitada" del químico alsaciano hizo que la comunidad científica de la época lo marginara, afectando sin duda el reconocimiento de su descubrimiento.

Gerhardt nació en Estrasburgo (Alsacia, nordeste de Francia) en 1816. Estudió Química contra la voluntad de su familia y fue nombrado catedrático de la Universidad de Montpellier (sur de Francia) con sólo veinticuatro años. Pero su brillante carrera tuvo un frenazo en 1848, cuando se le negó un puesto en París, esencialmente por razones políticas y por querellas científicas. "Era un joven químico ambicioso, colérico, ferviente republicano y mujeriego", resume Pabst para explicar su mala reputación. Se fue entonces de Montpellier y regresó a Estrasburgo, donde aceptó la cátedra de Química en la Escuela de Farmacia y de la Facultad de Ciencias, en la que sucedió a Louis Pasteur. Fue allí que, hace ciento cincueta años, sintetizó el ácido acetilsalicílico. Murió tres años más tarde, de una peritonitis aguda, cuando tenía solamente cuarenta años de edad.