Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

El estrés que uno ni siquiera sabe que tiene lo podría matar, informaron investigadores estadounidenses. Los científicos hallaron que las personas cuya tensión arterial aumentó durante el estrés mental eran seis veces más propensas a sufrir un ataque cardíaco u otro problema cardiovascular grave en un plazo de seis años en comparación con quienes pueden manejar el estrés con más calma. Y no era el estrés lo que las personas estaban sintiendo, el pulso no estaba afectado y sus voluntarios por lo general no tenían idea de que su tensión arterial estaba aumentando, dijeron los investigadores en una reunión de la American Heart Association que se está realizando esta semana en Orlando, Florida.

"¿Cómo se puede aprender a controlar algo cuando no se sabe que se tiene?", preguntó quien dirigió el estudio, Diane Becker, de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore. La reacción denominada de estrés mental se asocia a muchas cosas más, como los otros factores de riesgo, el tabaquismo, colesterol alto o diabetes, hallaron los investigadores. "Las personas con tensión arterial hiper-reactiva al estrés mental fueron más de seis veces propensas a sufrir un problema de cardiopatía coronaria", dijeron.

Los investigadores realizaron pruebas con 295 hermanos menores de sesenta años, que ya tenían signos de cardiopatía coronaria. Se realizaron pruebas con una angiografía, que mide el grosor de una arteria. Muchos pacientes ignoraban que tenían signos tempranos de cardiopatía. Se sometieron a un examen de condición cardiovascular durante el cual se tomó el pulso y la tensión arterial y se les dio seguimiento durante seis años.

La propia prueba causa estrés a la mayoría de las personas, al menos conscientemente, dijo Becker. Éste vigiló continuamente el pulso y la tensión arterial y posteriormente los pacientes expresaron la intensidad del estrés que experimentaron de manera consciente. "No hubo relación entre la percepción de las personas sobre el estrés y su estrés mental real", informó Becker. La investigadora considera que el efecto tiene que ver con el sistema nervioso simpático, que controla la presión de la sangre y otras funciones corporales inconscientes.

Una hormona, la catecolamina, que se relaciona con la adrenalina, puede ser la causa directa. Becker cree que el estrés consciente (mental) y el estrés biológico (inconsciente) pueden ser dos cosas diferentes. La capacidad de las personas para decir que tienen estrés es relativa, dijo. "Vemos personas con respuestas (fisiológicas) muy desalentadoras y dicen que se sienten bien".