La salud de los iraquíes será frágil durante varios años, incluso generaciones, debido a las consecuencias de la guerra librada en el país este año, según un informe de la organización humanitaria Medact publicado el martes en Londres. Según la ONG, que cita "cálculos provisionales", entre 22 000 y 55 000 militares y civiles murieron entre el inicio de los enfrentamientos, el pasado marzo, y la redacción de este informe en octubre. El conflicto perjudicó la estructura del sistema de salud, sobre todo los programas de vacunación infantil, y destruyó el sistema de canalización de agua, entre otros, según el reporte. "El acceso limitado al agua potable y a un sistema de salubridad correcto, la desnutrición y los problemas en los servicios públicos, incluido el sanitario, siguen castigando al pueblo iraquí", según el Dr. Sabya Farooq, autor del documento. Bajo el título Daños colaterales persistentes: el costo de la guerra en Iraq para la salud y el medio ambiente, el documento de 16 páginas reconoce que es "imposible evaluar el impacto" del conflicto sobre la salud de los iraquíes. "Lo que está claro es que la guerra ha dejado miles de muertos y heridos, civiles y militares, en ambos bandos", asegura, añadiendo que ha provocado también "un deterioro de la salud del pueblo y de las condiciones medioambientales del país". Medact llama a Estados Unidos, Gran Bretaña y el resto de los países que integran la coalición militar internacional en Iraq, a proteger los hospitales así como el personal médico, como estipula la convención de Ginebra. |