Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La disfunción sexual masculina aparece vinculada con un riesgo tres veces mayor de ataque cardíaco, según un estudio a largo plazo presentado el martes en la conferencia anual de la Asociación Cardíaca de Estados Unidos. El estudio lo dirigió Steven J. Jacobsen, profesor de Epidemiología de la Clínica Mayo, y analizó los datos sobre más de 2 000 hombres del condado Olmsted (Minnesota) entre los años 1979 y 1998.

La disfunción sexual masculina -que incluye desde la incapacidad para lograr o mantener una erección hasta la eyaculación prematura o la incapacidad para eyacular-, es común y varios estudios señalan que afecta a aproximadamente el 52% de los hombres entre los cuarenta y los setenta años.

Los estudios médicos calculan que hay en Estados Unidos entre 20 y 30 millones de hombres que padecen disfunción eréctil, pero sólo un pequeño porcentaje de ellos busca u obtiene un tratamiento.

La extensión del problema, sobre el cual muchos hombres no hablan siquiera con sus médicos, se refleja en la demanda enorme que han tenido algunos medicamentos en años recientes, como Viagra y otros, que ayudan a lograr y mantener la erección.

En su presentación, Jacobsen dijo que la relación precisa entre la impotencia sexual y los problemas cardíacos no está del todo clara, y en parte eso se debe a que las preguntas sobre la función sexual se agregaron al estudio recién en 1996. "Por ello, el número de ataques cardíacos entre los hombres del grupo desde entonces ha sido demasiado pequeño como para obtener conclusiones definitivas", agregó.

"Pero hay una vinculación", según el investigador. "No podemos decir que sea de causa y efecto, pero la disfunción eréctil señala la probabilidad de futuros episodios de enfermedad cardiovascular".

La enfermedad cardiovascular es la causa principal de muertes en Estados Unidos y hasta la edad de cincuenta años los hombres corren un riesgo mayor de desarrollarla que las mujeres. Una vez que la mujer llega a la menopausia, su riesgo se multiplica por tres.

"En términos generales", señaló Jacobsen, "los hombres con un ataque al corazón entre 1979 y 1995 tenían tres veces más posibilidades de padecer la disfunción eréctil en 1996 que los hombres que no tuvieron un ataque al corazón". El experto añadió que esta relación puede ser un dato útil para los urólogos que tratan la disfunción sexual masculina, y también para los cardiólogos. "Los urólogos deberían hacer preguntas relacionadas con la salud cardíaca", dijo. "Los médicos que atienden a un hombre con enfermedad cardiovascular deberían prestar atención a la disfunción eréctil".

Sidney Smith, profesor de Medicina en la Universidad de Carolina del Norte y portavoz de la Asociación Cardíaca de Estados Unidos, señaló que la nueva investigación aporta pruebas que sustentan lo que han estado haciendo muchos médicos durante bastante tiempo. "Durante años hemos sabido que había alguna relación entre la enfermedad vascular y la disfunción eréctil", explicó Smith. "Este estudio enfatiza la necesidad de que los médicos piensen más allá de la disfunción eréctil y, por lo menos, que evalúen el riesgo cardiovascular de sus pacientes, preguntándoles por ejemplo si tienen síntomas como dolores en el pecho", añadió.