Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La emisión involuntaria de orina, conocida médicamente como enuresis, es tres veces más frecuente en niños cuyos padres padecieron este síntoma, que afecta a un 15% de los niños de cinco años y a un 5% en niños de diez años. El coordinador de la Asociación Española de Urología (AEU), Carlos Miguelez, explicó, a través de un comunicado, que este problema frecuente no puede considerarse una enfermedad, y agregó que el riesgo de presentarlo el hijo asciende a un 70% cuando lo padecieron ambos padres.

Además de factores hereditarios existen otras causas como el retraso de maduración neurológica en menores de cinco años (un 85% tiene continencia a esta edad), la ansiedad, las alteraciones psicológicas y la patología funcional, causada por un defecto en los mecanismos de almacenamiento vesical. Un estudio realizado en Málaga (Sur de España) "comprobó una mayor incidencia de enuresis entre los niños que viven en centros de acogida a los que residen con su familia", agregó.

En estos casos puede producir alteraciones en la autoestima, complejos, falta de libertad para salir de casa y hacer actividades propias de la edad, y apuntó que es "muy importante detectar el trastorno lo antes posible con el fin de evitar sufrimientos en el niño". La enuresis más frecuente es la "monosintomática", que afecta al 75% de los casos y responde a un problema de maduración del control de la micción nocturno que depende desde motivos psicológicos a funcionales; mientras que la enuresis "síndrome enurético" añade al problema de maduración trastornos de infección urinaria o problemas de retención, acudiendo durante el día muy pocas veces a orinar.

El tratamiento para mitigar este síntoma consiste en instalar alarmas en los pijamas de los niños para avisar cuando se escape la orina; administrar la hormona antidiurética que les falta y, cuando no funcione ninguno de los dos anteriores, se puede optar por la terapia con fármacos, más efectivos al complementarse con apoyo psicológico que "premie al niño sus esfuerzos por levantarse seco y seguir el tratamiento".

Otras medidas son un menor consumo de líquidos por la noche y mantener el horario de micción durante el día para que el sistema nervioso voluntario del niño se acostumbre a controlar y aumente la capacidad de almacenamiento de la vejiga.