Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Cada vez se dispone de más estudios en los que se pone de manifiesto que la enfermedad cardiovascular no comienza a mediana ni a avanzada, sino realmente en la infancia. Es lo que constatan dos nuevas investigaciones publicadas en el último número de 01CJAMA01D. Ambas concluyen que la presencia de factores de riesgo, como los niveles altos de colesterol y la obesidad a temprana edad se relacionan directamente con signos de arteriopatía en el individuo adulto.



Uno de los estudios muestra que los niveles elevados de colesterol LDL y la obesidad en la infancia se asocian de forma significativa en engrosamiento del endotelio en la arteria carótida al cabo de los años, tras haber evaluado a 486 adultos de 25 a 37 años. Firman el trabajo investigadores del Tulane Center for Cardiovascular Health de Nueva Orleáns (Estados Unidos).



El segundo estudio, a cargo de médicos finlandeses de la Universidad de Turku, proporciona similares resultados, tras haber investigado a más de 2.000 individuos de 24 a 39 años. Sus conclusiones indican que la presión arterial, el colesterol LDL, el tabaquismo y el índice de masa corporal entre los 12 y 18 años se relacionan directamente con el grosor del endotelio de la arteria carótida.



Así, parece bastante claro que los factores de riesgo cardiovasculares en la infancia y la adolescencia determinan el futuro riesgo de desarrollar arteriosclerosis, lo cual subraya la necesidad de comenzar a prevenir desde la primera edad.