Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Científicos taiwaneses anunciaron el viernes en Taipei que disponen de dos medicinas para el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS), una enfermedad que este año infectó a 8 089 personas en todo el mundo, de las que 774 murieron. El Instituto Nacional de Investigaciones Médicas (NHRI, por sus siglas en inglés), dependiente del ministerio de Sanidad de Taiwán, señala en un comunicado que las soluciones encontradas son los fármacos promazina y niclosamida.

La promazina es una fenotiazina que se vende como Promazine o Sparine y se emplea comúnmente para tratar la depresión, mientras que se recurre al antiparasitario niclosamida en los tratamientos de tenias y lombrices. "Después de varios experimentos, hemos comprobado que estos dos tipos de medicinas inhiben al coronavirus del SRAS de replicarse, y son más efectivas cuando se dosifican al inicio de la enfermedad", explicó el comunicado del NHRI.

El científico Chao Yu-Sheng, director del departamento de Biotecnología del NHRI, dijo que ambos medicamentos han sido capaces de eliminar todos los virus del SRAS en 24 horas, eso sí, en pruebas de laboratorio y fuera del cuerpo humano. Chao apuntó que ambas drogas son muy baratas, lo que podría hacer del remedio contra la neumonía atípica una medicina asequible para los estratos de la población con menos recursos. Los experimentos que hacen ahora los especialistas del NHRI van dirigidos a comprobar que la cura no tiene efectos secundarios importantes en el ser humano.

Este instituto taiwanés ya inscribió el pasado mayo en el registro de patentes de Estados Unidos el remedio contra la neumonía atípica basado en la fórmula del antisicótico promazina. La patente de niclosamida en Estados Unidos expiró recientemente, comentó Chao.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene registrado el primer caso de SRAS en la provincia china de Cantón en noviembre del año pasado. Desde allí, se propagó a comienzos de 2003 por todo el mundo a través, principalmente, de los vuelos comerciales y la OMS no dio por controlada la pandemia hasta julio. Los últimos datos revisados de la OMS sobre los efectos del mal contabilizan 8 089 contagios en 29 territorios de cinco continentes, de los cuales 774 resultaron en la muerte del paciente.

La OMS estableció once laboratorios en varios países para descubrir la forma de combatir, controlar y derrotar la dolencia. El mal provocaba en sus víctimas fiebre alta de más de 38 grados centígrados, dolor de cabeza y problemas respiratorios. Tras semanas de análisis, los científicos descubrieron que el organismo causante de la enfermedad era un nuevo coronavirus que, según creen, surgió de una mutación de un virus de un animal salvaje, probablemente una civeta. La gastronomía tradicional china acude con frecuencia a animales silvestres como este mamífero carnicero.

Un equipo de investigadores taiwaneses dirigidos por la doctora Maria Lin, directora del Laboratorio de Transfusiones del Hospital Mackay de Taipei, trabajan en la relación que creen existe entre la propensión de las personas a contraer el SRAS y los genes de la población del sudeste de China y de Asia. La fuente para esta idea nació al comprobarse que al menos el 90% de los casos de neumonía atípica detectados durante la epidemia mundial se dieron en Asia. Las investigaciones que dirige Lin apuntan hacia que la incidencia del SRAS en el ser humano puede estar ligada con el gen HLA-B46: "Ni los aborígenes taiwaneses de origen polinesio ni los numerosos indios que viven en Hong Kong fueron afectados", manifestó la científica.