Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Tablas calóricas en los restaurantes norteamericanos, para frenar la plaga de la obesidad. Tal es la última propuesta de la Food and Drug Administration, FDA, agencia estadounidense que se ocupa de las políticas alimentaria y farmacológica. La iniciativa, surgida luego de una previa consulta con las industrias del sector, se incluye en el programa de reeducación alimentaria, promovida por el gobierno federal. Desde hace ya varios años, el fenómeno de la obesidad se ha difundido en Estados Unidos a niveles epidémicos: un tercio de los ciudadanos, según los últimos datos de los Centers for Desease Control, CDC de Atlanta, se encuentra en un peligroso sobrepeso.

La propuesta de la FDA provocó interés entre los dueños de restaurantes: "Queremos dialogar con la FDA y evaluar atentamente todas las sugerencias", declaró el vicepresidente de su asociación nacional, Lee Culpepper. Sin embargo, no dejó de expresar cierta perplejidad: "Somos contrarios a la imposición de tablas nutricionales demasiado rígidas, porque los menúes están generalmente preparados en base a exigencias individuales y, por consiguiente, las tablas no serían muy representativas".

Según un estudio de mercado, realizado por la entidad NPD Group Inc., todo norteamericano come en un restaurante 200 veces por año, 32 veces más que en 1984. Y uno de los problemas, dados a conocer por la FDA, gira en torno a las porciones de los platos consumidos fuera de casa en los últimos años, en general con alto contenido de grasas y calorías.

En el 2003, una primera respuesta procedió de seis estados norteamericanos y del Distrito de Columbia: parlamentarios locales propusieron leyes para introducir una suerte de "cálculo inteligente" que, además del precio, revelara datos nutricionales. Para la cadena McDonald019s, la iniciativa de la FDA podría ser un compromiso aceptable. Mientras tanto, un movimiento anti-obesidad se está abriendo camino entre las grandes cadenas: el gigante de la hamburguesa, absuelto de la acusación de haber provocado decenas de adolescentes obesos, comenzó a proponer en sus locales campañas de salud, que informan a los consumidores acerca de las calorías y las grasas de sus productos.