Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Las personas que padecen un cuadro grave de depresión y no han respondido a sus tratamientos pueden beneficiarse de una estimulación profunda del cerebro, dijeron investigadores el lunes. Este tratamiento, que es como un marcapasos cerebral, utiliza electrodos implantados en el cerebro para desactivar o interrumpir los circuitos eléctricos vinculados a la depresión.

En cuatro de los seis pacientes en el estudio, que no habían respondido a otros tratamientos, la estimulación cerebral profunda fue un alivio para la depresión que padecían.

"Los pacientes experimentaron la terminación inmediata de un estado negativo", dijo en una conferencia de prensa Helen Mayberg, neuróloga de la Escuela de Medicina de la Universidad de Emory, en Atlanta, estado norteamericano de Georgia. La técnica se desarrolló para tratar a pacientes con la enfermedad de Parkinson, pero Mayberg y sus colegas la adaptaron para personas con un cuadro grave de depresión.

"Éste ha sido el progreso más estimulante en diez años, en términos de tratamiento de la depresión", dijo David Nutt, jefe de Psicofarmacología de la Universidad de Bristol, en Gran Bretaña.

Los científicos, que emplearon técnicas de imágenes para captar la actividad cerebral, implantaron electrodos en una región del cerebro que, según ellos, está vinculada a la depresión, mientras los pacientes estaban bajo anestesia local. Mientras se estimulaban sus cerebros, se instruyó a los pacientes, que estaban despiertos, que explicaran lo que sentían.

Los participantes expresaron una sensación de paz y tranquilidad.

Según los investigadores, no se reportaron efectos colaterales vinculados a esta técnica.

"Lo importante sobre la estimulación cerebral es que no se trata solamente de avivar el cerebro. Se usa la electricidad para básicamente sintonizar o modificar un circuito", explicó Mayberg. "Se desactiva un estado negativo", agregó.

En los pacientes que respondieron a la estimulación cerebral profunda, se implantó un dispositivo parecido a un marcapasos para mantener un estímulo constante. Dos años después del experimento, dichos pacientes siguen respondiendo bien, según los investigadores.

"Estos resultados son extremadamente alentadores", señaló Mayberg.

Los investigadores, que están planificando realizar más estudios, añadieron que la terapia sería útil para pacientes con casos graves de depresión que no han respondido a otros tratamientos.