Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

CANTON, China (Reuters) -- Trabajadores sanitarios comenzaron el martes a matar e incinerar a miles de civetas en el sur de China por miedo a que estos animales sean portadores de una nueva cepa del síndrome respiratorio agudo severo (SRAS), pero expertos internacionales creen que la matanza podría ser peligrosa.



La matanza de civetas enjauladas en mercados de animales en la provincia de Guangdong comenzó el lunes cuando China anunció el primer caso de SRAS desde que se declaró erradicada la epidemia mundial de la enfermedad en julio.



La civeta es un mamífero oriundo de Asia que mide alrededor de un metro de largo y es de color gris con vetas negras. En esta región constituye un manjar culinario.



Las autoridades de salud chinas dijeron que el análisis de una muestra genética del nuevo paciente de SRAS, un productor de televisión de 32 años que vive en Cantón, arrojó resultados parecidos a los del coronavirus encontrado en las civetas.



El paciente se ha recuperado completamente y el jueves será dado de alta del hospital, informaron funcionarios sanitarios, según la agencia de noticias Xinhua.



En la vecina Hong Kong, investigadores dijeron que estudios genéticos recientes detectaron cambios en el virus del SRAS que fueron aislados de civetas, lo que sugiere que pueden pasar fácilmente hacia los seres humanos.



Inspectores de salud, con los rostros protegidos por máscaras quirúrgicas, patrullaron el gran mercado de Xinyuan, donde se vende carne de diferentes aves y mamíferos, en las afueras de Cantón, la capital de la provincia de Guangdong. Funcionarios locales dijeron que se habían confiscado 320 civetas y otros animales exóticos.



Las civetas son sumergidas en una solución química desinfectante y sus cuerpos son incinerados en contenedores de metal. Autoridades de Cantón fijaron el sábado como la fecha límite para matar a unos 10.000 de estos animales.



La Organización Mundial de la Salud (OMS) expresó preocupación porque si no se hace la matanza con cuidado, el proceso podría aumentar el riesgo de exponer a los seres humanos a alimentos contaminados.



Asimismo, a la OMS le preocupa que al destruir a las civetas, los investigadores médicos pierdan indicios clave para comprender cómo ocurren las mutaciones en el virus del SRAS.



Otros expertos señalaron que la matanza no es una solución.



"La civeta sólo es uno de los orígenes del virus", dijo Hon Kam-lun, profesor asistente de medicina de la Universidad China de Hong Kong. "Hay otros animales que también portan el virus. No se puede matar a todos. El virus no será exterminado", agregó.