Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Una dieta rica en determinados lípidos como la carne puede ayudar a prevenir la tuberculosis, según un estudio de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Lisboa, publicado por la revista Nature Cell Biology. De acuerdo con el análisis ciertas grasas como los omegas existentes en la carne o las ceramidas, utilizadas en cremas faciales, pueden restaurar la capacidad de fusión del fagosoma con el lisosoma, fundamental en la lucha contra el bacilo de la tuberculosis.

El bacilo de la tuberculosis puede manipular la respuesta de los macrófagos, células del sistema inmunológico especializadas en destruir agentes invasores, impidiendo su proceso de desarrollo hasta la fase de la digestión de la bacteria.

El estudio realizado por los investigadores portugueses, señaló que las grasas o lípidos desencadenarían la producción de filamentos de actina, que forman el esqueleto interno de las células, y que son como autopistas que facilitan la fusión entre el fagosoma y el lisosoma.

Cuantos más filamentos de actina se producen, mayor será la capacidad de los macrófagos de luchar contra la infección, explicaron los investigadores en la revista.

La tuberculosis todavía mata cerca de dos millones de personas por año e infecta a unos ocho millones en todo el mundo

Elsa Anes, vocera del equipo de investigadores lusos explicó que, a nivel mundial, una de cada tres personas está infectada con el bacilo de la tuberculosis, pero apenas el 10% de los contaminados acaba por desarrollar la enfermedad. En los macrófagos, las bacterias se instalan en un bacilo, el fagosoma, que normalmente tiene la capacidad de degradar el material que reconoce como peligroso, dijo.

Indicó que cuando esa reserva de lípidos no está disponible, el proceso de desarrollo funciona a favor del bacilo de la tuberculosis y contra su portador.

El bacilo consigue un escondrijo fenomenal dentro del macrófago, donde está perfectamente protegido y además lo aprovecha para adquirir nutrientes. Puede sobrevivir durante años. Pero solo si hay un descontrol es que evoluciona para la tuberculosis activa, indicó.

El equipo también concluyó que, por ejemplo, los Omega 3, otro tipo de oleos fundamentales y abundantes en el pescado, inhiben la producción de actina y favorecen la supervivencia y la multiplicación de bacterias. Para la investigadora, el estudio abre nuevas perspectivas para la prevención de la tuberculosis, en el preciso momento en que muchas estirpes del bacilo de Koch se revelan resistentes a los antibióticos que existen

"En el futuro, estos resultados pueden ayudar a descubrir una nueva arma para la prevención o tratamiento", agregó la investigadora01D.